La Puerta de Alcalá es uno de los símbolos más ligados a la ciudad de Madrid, pero este elemento esconde un secreto, a la vista de todos, pero en el que muy pocos recaen… ¿Sabías que la puerta no es simétrica puesto que sus dos caras son diferentes una de otra?
La Puerta de Alcalá se construyó en 1778 y era una de las cinco puertas reales con las que contaba la ciudad de Madrid. Ésta en concreto era la encargada de dar la bienvenida a los visitantes que llegasen de lugares como Cataluña, Aragón o Francia. Su construcción fue un encargo del monarca Carlos III para conmemorar su llegada a Madrid como rey.
Desde que se levantó, la Puerta de Alcalá se ganó el cariño de los madrileños y desde siempre ha sido un elemento muy ligado a la imagen de la ciudad. Su gran originalidad radicó en ser el primer arco del triunfo que se construyó en Europa tras la caída del Imperio Romano. Más tarde llegaron otros, de fama internacional también, como el Arco del Triunfo en París o la Puerta de Brademburgo en Berlín.
La Puerta con el Retiro al fondo |
En resumen, que es asimétrico. El motivo puede ser una anécdota que ha llegado hasta nuestros días, un despiste y un acto de buena fe que dotaron a la ‘puerta’ de un carácter aún más único si cabe.
El mencionado Carlos III |
La puerta con Cibeles al fondo |
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