viernes, 26 de abril de 2013

La Iglesia de San Andrés

La iglesia parroquial de San Andrés se termina a finales del siglo XV. A ella se adosaron la Capilla del Obispo de Plasencia en el siglo XVI , que vimos en la anterior entrada y la capilla funeraria de San Isidro en el XVII, cuyo venerado cuerpo incorrupto le será arrebatado á la Capilla del Obispo.
Poco después de la canonización de San Isidro, en 1622, el Ayuntamiento acordó levantar una capilla que acogiera sus restos. En 1629 se encargó un primer proyecto al maestro mayor, Juan Gómez de Mora, uno de los participantes en la construcción de la Plaza Mayor, como recordareis, que concibió la capilla como un edificio independiente, con gran lujo y riqueza ornamental que no llegó a construirse. En 1642 se convocó un concurso para la construcción definitiva, que ganó Pedro de la Torre. Este último arquitecto proyectó una capilla con tres cuerpos aneja y con mayores proporciones que la iglesia de San Andrés. Las obras comenzaron en 1643, pero quedaron interrumpidas siete años más tarde. A partir de 1657 el encargado de continuar los trabajos fue José de Villarreal, que modificó las trazas primitivas respetando la idea inicial. La planta de la primitiva Capilla de San Isidro estaba resuelta con una sucesión de tres espacios cuadrados en disposición perpendicular a la iglesia. Hoy está totalmente modificada después del incendio sufrido por el conjunto en 1939, por el que desapareció la antigua Iglesia de San Andrés.


Planta de Distribución

Vista desde la Plaza de San Andrés
Posteriormente se remodeló el espacio interior para adaptarlo al uso de parroquia y se construyó la sacristía y el despacho parroquial en el solar de la iglesia. Sólo se salvó la estructura exterior de la Capilla, con unas fachadas donde se alterna el ladrillo visto de los paramentos con la piedra de las portadas y destacan las pilastras adosadas en las esquinas y la gran cúpula encamonada que corona el espacio principal.




Vista desde la Calle de los Mancebos

En el incendio desapareció toda la riqueza del interior barroco. Después de la Guerra Civil se inició la restauración de la cúpula, se tapió el espacio principal, que hoy conocemos como Capilla de San Isidro y se adaptó el resto. Fue abierta al culto en 1966. Finalmente, el arquitecto Javier Vellés, en colaboración con María Casariego y Fabriciano Posada, realizó una reconstrucción del interior, utilizando los pocos fragmentos conservados y algunas fotografías anteriores al incendio de 1936.
Por esta intervención recibió el premio de Restauración del Ayuntamiento en 1990 y el premio Europa Nostra en 1991.


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